El hombre del silbato

Un fin de semana más, y eso que sólo se llevan disputados hasta el momento dos partidos de la trigésima jornada de liga, parece que el "hombre del silbato" vuelve a ser el protagonista. Desde Santander, se viene apuntando desde esta tarde que nuestro "starring" particular ha "robado" algo. "¡Atraco!", he oído, "¡indignación!", también. "Pero, ¿qué habrá hecho este hombrecillo para que le quieran tirar a los leones?", me preguntaba antes de ver las imágenes del choque. "¡Oh!, ¡dos penaltis y dos expulsiones sufridas por el equipo visitante en su mejor partido de Liga hasta el momento!", he exclamado después, tras leer una pequeña avanzadilla informativa. Y yo que soy de los de antes, y de los de ahora también, que me gusta a mi mucho eso del teletexto, he decidido mirar el de la televisión nacional, por eso de que debe ser "imparcial" y esas historias. "Pero ¡cómo!, ¿indignación?, ¿invenciones?, ¿injusticia?; ¿qué le está pasando a nuestro querido fútbol?", he exclamado no sin cierto pavor. Tras un breve receso de reflexión me he lanzado al vacío. No me he tirado por ningún balcón (sólo faltaba), he decidido superar mis miedos y lanzarme a por el resumen de la tan anunciada "infamia". Os resumiré de modo sucinto mis experiencias ante tal evento:

1º - 1-0, gol de Raúl, hasta aquí todo correcto, sin detalle alguno de mención a parte de las ocasiones de uno y otro bando.

2º - Penalti a favor del Racing. A primera vista Diarra toca el balón pero...¿y la pierna del jugador del equipo cántabro? ¡Ay piratilla! que aunque la esférica no esté de por medio, rebañarle a uno una o ambas extremidades inferiores es falta dentro, fuera del área y en la caseta del recogepelotas si me apuras. Sin discusión. Ezequiel Garay, joven central argentino del equipo del Sardinero por quien dicen ha preguntado el Manchester United entre otros, lanza la pena máxima de un modo excelente y corroborando su buen hacer en esa tesitura pone el 1-1 en el marcador.

3º - Helguera se olvida de que "Cine d'acció" empieza en la televisión valenciana nada más acabar el partido de las 22.00. (Más o menos a las 24.00, o 00.00, empieza el filme que tiene siempre como protagonista a algún repartidor de galletas, aunque déjenme hacer un inciso, se echa en falta al gran Bud Spencer que calzaba unas que daba gusto, aunque siempre sin resquemor...) y le suelta una caricia a Munitis que le deja más calvete de lo que ya se estaba quedando. Lástima de tratamiento anti-caída y suerte de que no le suelta la alpargata a propósito. El resultado es una segunda amarilla más "naranja" que otra cosa y a remar contra corriente. A defender.

4º - Falta lateral a favor del equipo cántabro y en el área se vislumbra un abrazo. Consecuencia: penalti a favor del equipo blanco, al Rácing me refiero. Parece que Cannavaro se ha enamorado y el afortunado se llama Nikola; Nikola Zigic. Estaba a punto de finalizar el partido y la verdad, es una pena que el colegiado haya considerado punible tal carantoña cuando un empate repartía felicidad entre ambos equipos. ¿Qué le vamos a hacer?, penalti sin discusión. Lo que no sé es si después de ésto el defensa italiano ha conseguido el teléfono del delantero serbio, por otra parte muy metido en la celebración de la pena máxima. Tras esto el especialista Garay, cómo no, coloca con fuerza y colocación el definitivo 2-1.

5º - Mejía, ahora con el pelo corto, ni corto ni perezoso arrolla a un contrario del Rácing sin venir a cuento. Resultado: se queda sin puntos del carné de conducir y se tiene que ir a la caseta con la multa bochornosa de haber cometido la infracción recién salido del taller. ¡Bien por la DGT!

¿Qué extraño, acabo de renovarme las lentillas y me había parecido haber visto algo totalmente distinto a lo que me estaban contando? Quizás sí, pero confío mucho en mi óptico y poco en los que se escudan en excusas sin fundamento.

Por otro lado, es bien sabido que, salvo honrosas excepciones, el nivel de los árbitros de nuestra Liga deja mucho que desear. También es conocido que muchas situaciones y partidos se manejan de manera distinta según el caché o intereses de los contendientes, o también según la empanada que tenga ese día el colegiado de turno. Pero también hay que reconocer la validez de la eterna muletilla: los árbitros son humanos y en ocasiones erran de forma inconsciente. De forma consciente no erran, cumplen su propósito. Dejando a un lado este último apunte, que quiero creer por el bien de mi afición al fútbol que no se da aún en nuestra Liga, considero como otros muchos que el colectivo arbitral de la Liga española debería mejorar por su bajo nivel; profesionalizarlo sería una digan opción pero bueno, eso son decisiones que competen a órganos de altas esferas en el fútbol de este país y ya se sabe que muchas veces no están por la labor. A pesar de todo esto,considero justo dirigir esta vez mi comentario a felicitar, ante la previsible avalancha mediática que se le puede venir encima, a Don Turienzo Álvarez, árbitro del comentado partido de hoy. Visto lo visto, su actuación ha sido justa ya que ha aplicado correctamente el reglamento en las acciones polémicas. Quizá podría aludirse el citado "error humano", pero ni eso. En cuanto a las reacciones posteriores, esperemos que el Comité de Árbitros actúe con la presteza de otras veces para atajar las posibles críticas hacia su colegiado. Esa también sería una correcta aplicación del reglamento, un penalti justo en definitiva.

Ojalá se hable cada vez menos de actuaciones arbitrales y más de reconocimiento de errores propios por parte de todos. En alguna que otra ocasión he hablado del humo como agente perjudicial para la salud del ser humano, pero parece que algunos (y no son pocos) siguen sin ver los efectos nocivos que tiene también para el fútbol.

P.D. Mañana, mejor dicho hoy, apasionante partido entre el Valencia y el Sevilla. A ver si retomamos la senda de la victoria y volvemos a ilusionarnos en el santuario de Mestalla, que falta nos hace...